A partir de la sanción de la Ley Nacional N° 26.150/06 de Educación Sexual Integral, el Ministerio de Educación de la Nación construyó los Lineamientos Curriculares para la ESI. Estos definen el piso común de contenidos curriculares válidos para todos los niveles y modalidades del sistema educativo, para todas las escuelas públicas (tanto de gestión estatal como privada) y para todas las jurisdicciones del país.
Hoy, los educadores tienen la
responsabilidad y, a la vez, la gran oportunidad de enseñar ESI en las instituciones
educativas.
Desde un enfoque integral, el
concepto de sexualidad que se propone excede ampliamente la noción de
“genitalidad” o de “relación sexual”. Se considera a la sexualidad, desde una
definición más amplia e integral, como una de las dimensiones constitutivas de
la persona, relevante para su despliegue y bienestar durante toda la vida, que
abarca tanto aspectos biológicos, como psicológicos, sociales, afectivos y
éticos.
En las instituciones educativas,
la Educación Sexual Integral constituye un espacio sistemático de enseñanza y
aprendizaje que permite tratar contenidos de diversos campos de conocimiento,
adecuándolos a las edades de los niños, para abordarlos de manera transversal
y/o en espacios específicos.
La ESI es un espacio sistemático
de enseñanza-aprendizaje que promueve saberes y habilidades para la toma de
decisiones conscientes y críticas en relación con el cuidado del propio cuerpo;
la valoración de las emociones y de los sentimientos en las relaciones
interpersonales; el fomento de valores y actitudes relacionados con el amor, la
solidaridad, el respeto por la vida y la integridad de las personas; el
ejercicio de los derechos relacionados con la sexualidad y de los derechos de
los niños y los jóvenes. También promueve el trabajo articulado con las
familias, los centros de salud y las organizaciones sociales.
En este sentido, asumir la
educación sexual desde una perspectiva integral demanda un trabajo dirigido a
promover aprendizajes desde el punto de vista cognitivo, pero también en el
plano de lo afectivo, y en las prácticas concretas vinculadas a la vida en
sociedad.
Cuando se contextualiza el
currículum oficial, es muy importante estar atentos al cómo se enseña y lo que
les sucede a los docentes con ello. Por eso es importante estar atentos
también, al currículum oculto en lo que se refiera a educación sexual, es
decir, aquellos saberes referidos al lenguaje, las expectativas, la vestimenta,
las formas de tratar y los ejemplos que se dan cotidianamente en el aula. Se puede
decir que se enseña sobre lo correcto y lo incorrecto sin que se lo reconozca
formalmente.
El enfoque integral de la ESI se basa en cuatro fundamentos, siendo ellos la base desde la cual la misma fue y es pensada y promovida en todas las escuelas:
☝La promoción de la Salud: porque permite pensar a la sexualidad como algo inherente al ser humano, que va más allá de la enfermedad o la patología, que tiene que ver con cómo se generan mejores condiciones de vida.
☝ Las personas involucradas como sujetos de derecho.
En relación a los ejes que
atraviesan toda la ESI, se pueden mencionar los siguientes: el ejercicio de los
derechos, el enfoque de género, el respeto por la diversidad, la valoración de
la afectividad y el cuidado del cuerpo.
Finalmente cabe destacar que en
el Nivel Inicial, “La ESI promueve hábitos de cuidado del cuerpo, la
utilización de un vocabulario correcto para nombrar las partes externas del
cuerpo en general, la identificación y valoración de las diferencias físicas
entre mujeres y varones, el reconocimiento de la intimidad propia y ajena, la
expresión de los afectos y el respeto por los sentimientos y necesidades de
los/las otros/as, el desarrollo de las competencias y habilidades
psicosociales, el desarrollo de comportamientos de autoprotección,
distinguiendo cuándo una interacción física con otra persona puede ser adecuada
y cuándo no lo es”.
Como así también “…propone […]
nuevas formas de pensar la organización de los espacios escolares, las
relaciones tanto entre niñas y niños, como entre adultos y niños/as, el vínculo
entre la escuela y las familias. En este sentido, la ESI propicia un uso
igualitario del aula y del patio entre varones y mujeres, como así también de
los juegos y juguetes en la medida en que considera que éstos no son
“exclusivamente de varones” o “exclusivamente de mujeres”. También apunta a
desnaturalizar los modos socioculturales de ser niño y de ser niña, para
generar desde la infancia, modos de participación más democráticos”.

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